Los sólidos platónicos son la base de la construcción de la materia. Su construcción es complementaria simétrica u cada uno tiene un efecto metafísico sobre nosotros. Los cristales contenidos en cada forma son una herramienta que nos ayuda a enfocar y ampliar nuestra energía. Sus cualidades y propiedades específicas nos ayudan a potenciar diferentes aspectos de nuestra vida.
DODECAEDRO: Representa el Éter y es el armonizador por excelencia. Es relajante y representa el amor universal. Útil en estados de nerviosismo.
ICOSAEDRO: Representa al Agua y está relacionada con nuestro mundo emocional. Es más activador energéticamente y es útil en estados de decaimiento.
OCTAEDRO: Representa al Aire y está más relacionado con nuestro campo físico-etérico. Es muy útil para armonizaciones a este nivel.
HEXAEDRO: Representa a la Tierra y al mundo de la materia. Así que por consiguiente trabaja mejor nuestros aspectos más físicos.
TETRAEDRO: Representa al fuego y está más relacionada con lo mental. Trabaja aspectos relacionados con este último así como con sobrecargas energéticas.