Para la incertidumbre frente al camino a seguir. Para los estados de apatía, indolencia y desubicación; cuando hay pérdida de interés o motivación por la vida. Para el sentimiento de culpa y el sentido de impureza. Util en estados de abatimiento y tristeza de origen desconocido o psicoespiritual. Restablece la alegría y las ganas de vivir. Ayuda a identificar el sentimiento íntimo y genuino frente al sentimiento condicionado. Libera la intuición del propio camino, de lo vocacional y el Arte.