¿Y si fuera posible comunicar con las células como si fueran habitantes de un gran pueblo? ¿Y si pudiéramos interactuar con el mundo celular para sanarlo, regenerarlo, transformar su realidad, y de paso la nuestra?
La Alquimia Genética constituye un vehículo para penetrar en las minas del inconsciente, del mundo celular, con el fin de extraer todos sus contenidos e interactuar con él, y desde allí, acceder a los estratos más altos de la esfera psíquica: los del superconsciente, los del alma, el Adán Kadmón que dormita en cada ser, el observador que contempla desde la atalaya de su inmanencia todos nuestros montajes escénicos.