Lo primero que llama la atención al estudiar la religión y la mitología celta es la gran cantidad y la enorme importancia que tienen las diosas. Podemos destacar en ellas a la Diosa-madre, la territorial o tribal, de la fertilidad, las diosas de manantiales, arroyos, lagos y ríos... Y lo que es aún más sorprendente, en una sociedad de tipo guerrero-aristocrático como la céltica, encontraremos también formidables Diosas de la guerra. Para escribir una obra como esta es preciso tener y dominar los conocimientos adecuados no solo en mitología, religión y tradición popular, sino también en literatura oral y manuscrita del complejo mundo celta.