El aceite de ricino ha sido ampliamente conocido por sus usos en la alimentación, la medicina y en muchas aplicaciones industriales. Es un aceite graso no-volátil extraído de las semillas de la planta de ricino.
Lo que lo diferencia de otros aceites es su alto contenido de ácido ricinoleico. Esta cualidad permite que este aceite se combine con el alcohol en cualquier cantidad o concentración. También se producen derivados de aceite de ricino que son populares porque son biodegradables, respetuosos con el medio ambiente y fuentes renovables que pueden utilizarse en diversas industrias.
Además de ser utilizado como laxante, el aceite de ricino ha sido utilizado como lubricante.
Otros usos del aceite de ricino y sus derivados son la realización de artículos cosméticos como jabones, aceites para el cabello, y compuestos fungistáticos, mejorar la calidad de los alimentos o el tratamiento de trastornos de la piel o problemas relacionados con la piel.