Ayuda a enfrentar el sentimiento de aislamiento, desamparo y desprotección desde una perspectiva psicoespiritual. Favorece los sentimientos de confianza en situaciones difíciles. Facilita el entendimiento de la unión entre lo terrenal y lo espiritual, especialmente en niños. Aumenta los niveles de percepción e intuición y mejora la capacidad de penetrar en la causa de los problemas.
Muy útil en situaciones límite - enfermedades graves, peligro de muerte, etc. Y en conflictos propios de etapas evolutivas - nacimiento, muerte, adolescencia, grandes transformaciones, etc.
Estimula la calma frente a los desequilibrios, especialmente en la vejez.