El enfoque globalizador de la Medicina Tradicional china, que contempla al paciente como un todo (al igual que la vieja tradición Hipocrática occidental), presupone que los síntomas mentales o psíquicos de las enfermedades reflejan trastornos en los movimientos de energía humana (qi) y de cantidades y calidades de ying-yang en las relaciones de los órganos entre sí y con el medio circundante. Bajo este punto de vista, el tratamiento de las enfermedades mentales cuenta ya en China con una historia que se remonta a dos mil años atrás y cuyo desarrollo, a la luz del alto grado de evolución de la ciencia y la tecnología modernas, alcanza en la actualidad cotas sorprendentes en cuanto a su eficacia, basándose en las experiencias médicas acumuladas por incontables generaciones de médicos.