Conjunto de cuatro piedras planas ideales para terapias, con cuatro de los símbolos más ancestrales y poderosos del reiki.
El Cho Ku Rei, o el conector, actúa sobre la energía física de los seres vivos; el Hon Sha Ze Sho Nen, o La Pagoda, es el más poderoso de los sellos reiki más usuales. Representa los chakras y los cinco elementos; el Sei He Ki, o Armonía, actúa sobre las funciones del hemisferio cerebral derecho y el Dai Ko Myo, Gran Luz Brillante, es utilizado tanto para iniciación como para curación.
Es una piedra porosa y absorbente, la piedra atrae magnéticamente las vibraciones negativas y las disuelve. Las vibraciones negativas al penetrar en el ónix, se sumergen en el vacío de la nada.
Si el portador del ónix es atacado por las envidias o los celos de otras personas, la piedra absorberá el ataque y lo anulará. Así cualquier energía negativa, venga de donde venga, se debilitará y quedará anulada al contacto con la piedra.
LIMPIEZA DEL AURA Y PURIFICACIÓN
Cuando está en contacto directo con la persona, el ónix limpia el aura pero los beneficios no se quedan aquí: si dejamos la piedra en casa, por los rincones, en la habitación
el ónix purificará la casa. Si se coloca debajo de la cama donde dormimos nos liberará de pesadillas y ayudará a tener un sueño tranquilo.
TRANSFORMA LAS MALAS INTENCIONES
Si alguien intenta usar el ónix para causar daño la piedra transformará toda esa intención contra la persona que intente usarla para ese fin.
Es una gema de poder, con su sabia vibración transforma las malas intenciones y protege bondadosamente al portador de la misma. Es conocedora de los misterios de la vida y de la muerte, el ónix transmite seriedad, humildad y confianza, sin darse cuenta su portador verá como se aclaran sus dudas, aumentará su fuerza mental y recibirá vibraciones de paz.