Utilizando de forma constante este rodillo estimularemos la capacidad natural de la piel para renovarse a sí misma y le otorgaremos un aspecto relajado, luminoso, saludable y juvenil. Relaja la musculatura y el sistema nervioso. La baja temperatura del cristal ayuda a cerrar los poros. Reduce bolsas, ojeras e hinchazón gracias al drenaje linfático.