Es el remedio de la risa. Despierta el lado infantil, el «niño interior», el juego y la risa. Incrementa la capacidad lúdica y relaja las tensiones «serias» de la vida. Da sensación de ligereza y trivialidad en la vida cotidiana. Hace perder el miedo a la vida. Muy interesante su utilización en todo tipo de enfermedad, ya que ayuda a la distensión y despreocupación a través de las ganas de reír.