En el exceso de intelectualismo. Ayuda en la excesiva o descontrolada actividad mental. En las dificultades de aprendizaje. Para las personas preocupadas de las apariencias y necesitadas de sofisticación, tanto a nivel material como espiritual. Para la posesividad, el egoísmo y la separatividad. Ayuda a sintetizar informaciones aparentemente antagónicas (material espiritual, etc.). Abre sensibilidades y libera de la necesidad de perseguir imágenes de éxito y aprobación. En parasitación mental y tendencias alucinatorias.