Este cuarzo tallado de formas perfectas, de 12 o 24 facetas presenta dos puntas. Una es más corta o femenina, por la que recibe la energía y otra es más larga o masculina, por la que proyecta la energía.
A diferencia de los otros cuarzos maestros, el cuarzo Vogel ha sido tallado para perfeccionar su capacidad de recibir y transmitir información.
Los cristales Vogel son puros y transparentes cristales de Cuarzo Cristal de Roca cortados y pulidos en una manera especial. Llevan el nombre de su creador, Dr. Marcel Vogel. Fruto de largos años de investigaciones científicas sobre la transmisión de la energía, el cuarzo Vogel es una excelente herramienta para la sanación y el crecimiento personal.
Son unos sensores precisos que se recargan del cuerpo emisor y después recargan los organismos vivos y regulan el flujo de la energía.
La punta que es más gruesa corresponde con el lado femenino, atrae la energía; la punta más delgada y larga es el lado masculino que transmite la emergía hacia fuera.
A mayor número de caras, mayor capacidad de almacenar fuerza. El cristal recibe una carga determinada y esta rebota alrededor de las caras. De la cantidad de veces que pueda rebotar depende el grado de multiplicidad de sus reflexiones internas. Con un cristal de ocho caras se obtienen millones de reflexiones internas, y con uno de cuatro caras, miles de ellas. Vogel llegó a tallar cuarzos de 8, 16 y hasta 33 caras. Se les puede cargar con paz, bienestar, amor y armonía y los resultados son sorprendentes. Por ejemplo: por medio de un cuarzo tallado con 36 caras en sus extremos se ha logrado conectar la parte física de un hombre con la divinidad de su alma. Sostener en las manos un cristal de este calibre induce a una experiencia mística que va más allá de las palabras. Se podría decir que el mismo cuerpo se transforma en una impresión líquida de felicidad, amor y reverencia.