La shattuckita tiene un efecto positivo sobre el tercer ojo, Ajna. Quien lleva la piedra al cuello refuerza su conexión con la fuente de lo divino. Como resultado, el portador se beneficia de una protección muy poderosa durante las prácticas esotéricas como la meditación y los viajes astrales. La piedra impide que ciertas entidades espirituales malévolas interfieran.