Incrementa la capacidad mental. Aumenta la concentración. Purifica el plano mental y espiritual Los poderes atribuidos a este tectosilicato de azufre, sodio y aluminio proceden de muy antiguo. Su pretendido origen celeste o su identificación con dioses, estrellas o planetas hicieron que se le atribuyeran propiedades mágicas, protectoras o sanadoras.